Primeras Profesiones: Cuatro nuevos salesianos para MEG

18/08/2018
Primeras Profesiones: Cuatro nuevos salesianos para MEG

(Ciudad de México – 17 de agosto de 2018) – La congregación salesiana se ha enriquecido el día de ayer, 16 de agosto, con la primera profesión de 15 nuevos salesianos que concluyeron su experiencia de noviciado en Coacalco, Estado de México.

La celebración eucarística en la que emitieron la primera profesión estos jóvenes salesianos fue presidida por el P. Gabino Hernández, inspector de México-México (MEM), territorio donde se ubica la comunidad formadora del noviciado que este año ha atendido formandos pertenecientes a las inspectorías de Las Antillas, Haití, Ecuador, México-Guadalajara y de la inspectoría anfitriona de MEM.

Dentro del grupo de 15 neoprofesos, hay cuatro nuevos salesianos de la inspectoría de Guadalajara: Juan Ricardo de León Loera, Hugo César González Gutiérrez, Mario Alberto Jiménez Flores y Gabriel Santos Pérez Sevilla.

La fecha del 16 de agosto es significativa también porque se recuerda el día del nacimiento de san Juan Bosco, por ello en diversas partes del mundo los jóvenes que concluyen su noviciado dan el paso hacia la vida religiosa salesiana precisamente en este día. En otras partes el día de la primera profesión religiosa es el 31 de enero.

Dado el carácter internacional del noviciado de Coacalco en la celebración de ayer estuvieron concelebrando también los inspectores de Ecuador: P. Francisco Sánchez; de Guadalajara: P. Hugo Orozco; así como representantes de los inspectores de Las Antillas y Haití.

De acuerdo a las constituciones salesianas “en el noviciado, el candidato tiene la posibilidad de iniciar la experiencia religiosa salesiana. Por tanto, la comunidad debe ser un ejemplo de vida basada en la fe y alimentada por la oración, donde la sencillez evangélica, la alegría, la amistad y el respeto mutuo creen un clima de confianza y docilidad. Con la ayuda del maestro (de novicios), el novicio estudia a fondo las motivaciones de su opción, comprueba su idoneidad para la vocación salesiana, y se orienta hacia la donación completa de sí mismo a Dios para el servicio de los jóvenes según el espíritu de Don Bosco”.