Misa de los tres Rectores Mayores: Celebración conclusiva del CG29
16/04/2025
(ANS - Turín, Italia. 10 de abril de 2025) El último día vivido en Turín por los miembros del Capítulo General 29 (CG29) de la Congregación Salesiana estuvo marcado por intercambios informales y fraternos, las últimas visitas a los lugares donde nació el carisma salesiano, y la misa vespertina celebrada en la basílica de “María Auxiliadora”, presidida por el Cardenal Ángel Fernández Artime; y concelebrada en el altar por su predecesor, el P. Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor emérito; y por su sucesor, el P. Fabio Attard, XI Rector Mayor
La nave central de la basílica de Valdocco estaba ocupada completamente por los cerca de doscientos treinta capitulares, que durante más de cincuenta días llenaron las aulas y los patios de Valdocco, siempre en busca de las mejores maneras para ponerse a la escucha del Espíritu Santo y dar concreción al lema del Capítulo: “Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes. Para una vivencia fiel y profética de nuestra vocación salesiana”.
Esta fue una misa que, por un lado, probablemente ha sido única en la historia de la Congregación, con la presencia de tres Rectores Mayores concelebrantes en el epicentro de la espiritualidad salesiana mundial. Por otro lado, ha constituido un simbólico y espiritual traspaso de responsabilidades entre el décimo sucesor de Don Bosco, Cardenal Ángel Fernández; y el undécimo sucesor, Don Fabio Attard. Todo esto, con la presencia del noveno sucesor de Don Bosco, Don Pascual Chávez, quien con sus frecuentes intervenciones en sala supo ofrecer lecturas espirituales y hacer síntesis durante todo el tiempo de los trabajos.
Una “celebración muy significativa”, la definió de inmediato el Cardenal Fernández, y prosiguió: «Todo nos remite al inicio de esta preciosa aventura y realidad, donde nuestro padre sintió lo que Dios le pedía, y de donde todo comenzó. Todos nosotros, desde un punto de vista vocacional y carismático, nacimos aquí. Hoy es un hermoso momento para dar gracias al Señor, al final del Capítulo, por tanta presencia del Espíritu Santo». Posteriormente, el cardenal salesiano reiteró una vez más: «¿Cómo no vamos a bendecir y agradecer al Señor por tanta gracia, misericordia y amor con que cuida y vela por la Familia de Don Bosco y, hoy en particular, por sus hijos e hijas salesianos?».
Citando varias veces al Papa Francisco, tanto en su mensaje a los capitulares del CG29, como en su carta encíclica Dilexit Nos, sobre el Sagrado Corazón de Jesús, el cardenal Fernández Artime subrayó que la grandeza de Don Bosco fue la de dejarse tocar, de “dejarse traspasar el corazón” por la situación de abandono de los jóvenes, y por la capacidad de conmoverse para aliviar su sufrimiento, olvidándose de sí mismo y entregándose por completo a buscar el bien de sus muchachos. Por eso, exhortó a todos sus hermanos a ser nuevos Don Bosco hoy: «Misioneros enamorados, que, fascinados por Cristo, se sienten obligados a compartir ese amor que cambió su vida». Recordó que vocacionalmente los salesianos no son dueños de nada, mucho menos de los jóvenes, de quienes son “servidores, en nombre del Señor”. Luego, advirtió sobre las tentaciones del poder y de la vida cómoda, renovando el llamado a estar realmente apasionados por Cristo para estar dedicados a los jóvenes de hoy.
La solemne celebración eucarística, concluyó con un último gesto simbólico: El momento común de oración silenciosa de Don Chávez, del Cardenal Fernández Artime y del Rector Mayor Don Fabio Attard ante la urna de Don Bosco, para encomendar a su protección, paterna y continua, a la acción de la Congregación Salesiana en favor de los jóvenes de todo el mundo.